
Hace unos días, os presenté en la web que soy educadora de Disciplina Positiva para Familias. La verdad, que actualmente parece que se ha puesto de moda esta metodología, pero en realidad es que muchas familias, sin darnos cuenta, ya la estábamos aplicando o intentando aplicar con nuestros hijos e hijas.
Para entender la Disciplina Positiva, primero tenemos que entender el concepto de Disciplina. Se trata de una palabra que con frecuencia está mal usada, ya que muchas personas creen que disciplina y castigos significan lo mismo.
Pero la disciplina se enseña a los niños desde que nacen en el hogar a través de las rutinas, las normas, los limites, el respeto, la cooperación… sin necesidad de disciplinar a los niños utilizando castigos y gritos.
Esta metodología no incluye ni el control excesivo ni la permisividad, sino que se basa en el respeto mutuo, la cooperación, la resolución de problemas; incorporando firmeza con dignidad y respeto para enseñar y transmitir unas buenas y adecuadas habilidades sociales para la vida.
¿Por qué la amabilidad y el respeto son esenciales en la Disciplina Positiva?
Porque cuando la firmeza se combina con la amabilidad, significa respeto hacia el niño, hacia nosotros mismo y hacia la situación. De esta manera conseguiremos un desarrollo emocional sano.
Aquí os dejo una de las entradas que dedique a la educación emocional en la infancia, un tema muy importante también en la educación de los niños.
Ahora, me gustaría que escribáis o penséis en algunas de las características que os gustaría que vuestros hijos e hijas desarrollaran para el día de mañana.
Normalmente, todos queremos que sean personas responsables, felices, que tengan un buen concepto de si mismos, sociales, respetuosos consigo mismo y con los demás, tengan habilidades para enfrentarse a la vida, sentido del humor, que sean buenos estudiantes, buenos amigos y amigas, etc, etc.
Entonces, si queremos que desarrollen todas esas características, ¿por qué no les dejamos que participen en una educación de respeto mutuo, cooperación, resolución de problemas y educación emocional?
Cuando los adultos cambiamos nuestro comportamiento hacia los niños, ellos también lo hacen y todos podemos experimentar resultados positivos.
Recuerda “una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz” Agatha Christie.
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