¿Sufren los niños de estrés?


Pasar por una época de estrés o tener síntomas de padecerlo, nos puede pasar a cualquiera sin importar la edad.

Nosotros, como adultos, creemos que los niños y niñas siempre están felices, desconectados y sin preocupaciones y que no son conscientes de lo que ocurre a su alrededor. Pero no es así, los niños y niñas también sufren de estrés y es una realidad de hoy en día.

¿Cómo podemos identificar si están pasando por una época de estrés?

A veces, no es fácil percatarse de que los peques están pasando por una época de estrés.

Os voy a nombrar algunos de los síntomas más frecuentes:

  • Dificultad para dormir
  • Pesadillas
  • Bajo rendimiento escolar
  • Cansancio
  • Apatía y tristeza
  • Irritabilidad y rabia
  • Llanto sin motivo aparente
  • Afecta al apetito ( comen mucho o pierden el apetito)
  • Enuresis
  • Experimenta dolor de cabeza o tripa
  • No sabe controlar sus emociones
  • Baja tolerancia a la frustración

¿Qué les producen esas situaciones estresantes?

Normalmente los contextos que producen estrés infantil están relacionados por situaciones en el entorno familiar o escolar. En la etapa adolescente comienzan a aparecer también por las relaciones personales.

Dentro de la familia le puede producir una situación de estrés para un niño o niña: por nacimiento de un bebe, el divorcio de los padres, el fallecimiento de un familiar, cambio de domicilio, distintas situaciones que pueden transmitir los padres sin ninguna mala intención (estrés de los progenitores, mala situación económica, perdida del trabajo…).

En un contexto escolar, nos encontramos con el acoso escolar, les puede afectar el cambio de colegio, malas notas, no aceptación de sus iguales…

También hay a niños y niñas que les afectan muchísimo las noticias (sobre todo las malas noticias). Actualmente todo lo relacionado con el COVID-19 se está viendo que les está afectando a muchos niños y niñas ya que ven imágenes y escuchan las noticias,  y se preocupan mucho por su seguridad y por la de sus familiares. Ante una situación de preocupación por parte de los peques, es muy importante hablar con ellos de lo que sienten.

¿Cómo podemos prevenir o reducir el estrés en los niños y niñas?

La mejor manera y la más importante es que nosotros como madres y padres seamos su ejemplo y sepamos gestionar adecuadamente nuestros estados de ánimo y nuestros periodos de estrés delante de ellos. Debemos tener paciencia, estar calmados, reflexionar de manera adecuada ante los problemas y así ellos desarrollaran esa actitud.

Debemos hacerles partícipes en la resolución de problemas cotidianos y familiares, ellos querrán ser escuchados y que valoremos su opinión.

Como en muchas otras ocasiones, os vuelvo a recalcar, que hay que evitar comparaciones entre hermanos, primos, amigos… cada niño o niña tiene su ritmo.

Evitar que estén demasiado ocupados en extraescolares. Sé que en muchas ocasiones es difícil la conciliación familiar y la vemos como la mejor opción,  pero si les sobrecargamos, no tienen tiempo para jugar o relajarse después del colegio y al igual que para nosotros, también para ellos es muy necesario desconectar. Si veis que están muy cansados, agobiados… hablar con ellos de cómo se encuentran, buscar una solución, los pros y los contras de esa actividad y organizar el tiempo de tal manera que tenga tiempo también para disfrutar con el fin de no generarle tanto estrés.

Es muy importante que les dediquemos tiempo todos los días, demostrarles que os interesáis por ellas y ellos, sobre todo cuando sabemos que no han tenido un buen día. Aprovechar todos los días para sentaros un rato juntos en el sofá a hablar y contaros el día, el rato de la cena en familia, la hora del cuento o el ratito de ir a la cama… De esta manera les demostramos lo importante que son para nosotros. Recordar que el tiempo que les dediquéis tiene que ser siempre TIEMPO DE CALIDAD.

También es necesario hablar con los niños y niñas de las posibles situaciones que les pueden producir estrés y prepararlos para afrontarlos. Por ejemplo, cuando van a ir al médico, contarles lo que va a suceder. Es cierto, que cuando son muy pequeños no necesitan mucha preparación por adelantado y darles demasiada información tampoco es necesario.

Y para mí la más importante, enseñarles a expresar sus emociones y que no se repriman por ellas. ¿Cómo podemos enseñarles? Pues contándoles también nosotros las nuestras.

Son nuestras emociones e imperfecciones las que nos hacen humanos. Clyde DeSouza

Familyon.

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