Todavía, hoy en día, en pleno S.XXI existen los temas tabú. Hay ciertos temas que sigue costando hablar con los niños. ¿Por qué?
Una pregunta muy frecuente que me suelen realizar, es como abordar aquellos temas que nos cuesta hablar. Como la muerte, el divorcio, las enfermedades, la adopción, algo muy frecuente en muchos domicilios, como ha entrado él bebe a la barriga de mama, la tía o la profesora.
Muchos padres y madres ante esta preguntas se suelen quedar en blanco, las evaden o simplemente les dicen, ¡cuando seas más mayor ya te contaré! o ¡aún eres pequeño para hablar de estas cosas! o algo muy frecuente también, se les oculta la información que ellos necesitan.
Lo mejor para darnos cuenta `porque cuesta hablar de estos temas es volver a nuestra infancia y recordar nuestra propia experiencia como hijos. ¿A vosotros de niños también os evitaban ciertas preguntas? ¿Hicieron como que no existían? Y vosotros ¿Qué hicisteis ante esa respuesta que no os dieron?
Los niños y niñas cuando observan la reacción que tenemos ante determinadas preguntas ya se dan cuenta que hay temas que cuesta hablar, son conscientes de que con esa pregunta algo pasa, y si ven que no obtienen respuestas, buscarán la información por su cuenta y seguramente no encontrarán la respuesta correcta, distorsionando así su realidad.
Aunque nos resulte complicado, es mucho mejor afrontarlo cuanto antes, no hace falta que entremos en muchos detalles si no simplemente darles la información que necesitan de manera sencilla, siempre acondicionado a su edad madurativa. No debemos engañarles o contarles aquellas historias que nos pudieron contar a nosotros ya que se darán cuenta que les mentís.
Luego cuando sean adolescentes, si han sentido esa confianza no dudarán en contaros sus preocupaciones ante ciertos temas. Si no es así, si no notan que en su infancia les resolvisteis sus dudas, como vamos a conseguir orientarles y ayudarles en los momentos difíciles si cuando ellos nos necesitaron no les mostramos confianza.
Es tan importante informar y formar adecuadamente a nuestros hijos e hijas. Cuando nos convertimos en madres y padres, nadie nos dio un libro de instrucciones, nadie nos dijo que fuera fácil. No solo está la etapa súper bonita de ir al parque, jugar, las vacaciones, etc. También está la parte de dar una buena educación que los puede marcar de por vida.
Beatriz. Familyon
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