Va finalizando el verano y con ello vuelven las rutinas, no quiero decir que en verano se pierdan, pero sí que hay ciertas rutinas que van más a la ligera. También en pocos días se vuelve a un ritmo de vida más acelerado, vamos de un lado para otro para llegar a todo (la vuelta al cole, las extraescolares, etc., etc.). Pero bueno… vamos a ver el lado bueno y todavía tenemos septiembre para ir adaptándonos.

Ya que en septiembre comenzamos nuevo curso escolar os animo a introducir en vuestro hogar las reuniones familiares, una herramienta de Disciplina Positiva muy eficaz y que trae grandes resultados a largo plazo.
Para mí, es una de las mejores herramientas y de las que más gustan en mi hogar.
Con las reuniones familiares estamos poniendo en práctica que somos una familia en la cual todos pertenecemos y somos importantes. Con ellas fortalecemos nuestras relaciones familiares, conectamos y nos enriquece como familia.
Gracias a las reuniones familiares aprendemos a respetar, a escuchar, a resolver los problemas o conflictos, a cooperar, respetar los turnos de palabra, empatizar, y un montón de valores más que sería imposible terminar de nombrar.
Para comenzar con ellas, hay que ir introduciéndolas poco a poco para que toda la familia le vaya cogiendo el aire. Es recomendable comenzar a partir de 4 años, pero todo depende de cada niño o niña; con algunos se puede comenzar antes y con otros más adelante. Si tenéis hijos o hijas mayores de 4 y otros pequeños, podéis aprovechar a realizarla cuando los pequeños estén dormidos o en un momento tranquilos.
Las primeras no deben superar más de 10 minutos ya que como os comento, debemos ir adaptándonos todos a esta nueva herramienta, y cuando estemos habituados no más de 20 o 30 minutos.
Siempre nos debemos reunir el mismo día, si puede ser posible a la misma hora, y solo se deben cancelar por fuerza mayor. Ya que la debemos ver como una herramienta fundamental para nuestro funcionamiento familiar.
Os explico brevemente como utilizar esta herramienta:
En un sitio accesible y visible de la casa, el mejor sitio es la nevera, colocaremos la agenda de la semana. En ese lugar todos los miembros de la familia podrán apuntar todo lo que les sugiera que es importante hablar en la reunión familiar. Pueden escribir tanto un conflicto, como algo que no les ha gustado, algo que les parezca importante hablar, etc. Podemos apuntar cualquier asunto que involucre a cualquier miembro de la familia, por ejemplo: no recoge los juguetes, mamá o papá me han gritado, no me gusta la comida, no realiza las tareas…
Si algún peque no sabe escribir, puede buscar a cualquier miembro de la familia para que escriba el asunto que al él o ella le parece importante tratar en la próxima reunión.
Cuando llegue el día de la reunión familiar, recordar que debe ser el mismo día y a la misma hora siempre. Comenzaremos realizando cumplidos, dar las gracias o reconocer un logro. Debe dar la vuelta a todos los miembros de la familia. Esta parte al principio suele costar ya que esta sociedad nos ha mal acostumbrado a ver más fácil juzgar y ver lo negativo de la gente en vez de apreciar lo bueno de cada uno de nosotros. Pero si lo ponéis en práctica, ya veréis que luego sale de manera muy fluida y es muy gratificante escuchar cosas agradables y buenas de cada uno de nosotros.
Una vez finalizado, comenzaremos con la agenda. Intentaremos tratar cada uno de los puntos escritos en la agenda y buscar una solución conjunta escuchando todas y cada una de las opiniones de los miembros de la familia, respetando sus sentimientos y emociones y validando la opinión de todos. Si en alguno de los asuntos a tratar nos bloqueamos y vemos que no encontramos ninguna solución, lo dejamos para la próxima semana.

Para finalizar programamos para la semana siguiente los días especiales de la semana, cual va ser el día individual con cada hijo o hija, o el de la pareja, elegimos la actividad que vamos hacer en familia en la próxima reunión, puede ser desde cocinar, hasta hacer una sesión de cine, juegos… Cualquier cosa que nos guste a toda la familia.
Y después de todo esto, realizamos la actividad elegida la semana anterior. Al final se convierte en un día en el que garantizamos pasar tiempo agradable juntos.
En las reuniones familiares siempre debe haber un presidente, un secretario, un controlador del tiempo y un bastón de mando.
Los pasos a seguir serían:
- Cumplidos, agradecimientos, etc.
- Temas a tratar de la agenda
- Programación especial de la semana ( momentos especiales en familia, tanto individual, como en pareja, o individualmente con alguno de los hijos)
- Cierre de la reunión con la actividad familiar.
Respecto a mi experiencia personal con ellas, en las dos primeras reuniones que realizamos nos costó un poco al principio, primero porque la peque por entonces tenía tres años y no aguantaba mucho y porque pecamos con el tiempo.
Revisando todo otra vez, comenzamos hacerlas de nuevo y cogiendo bien la herramienta. Tengo que decir que comenzaron a fluir muy bien, la pequeña participaba en la parte de cumplidos y en la actividad final, pero enseguida, aún teniendo tres años, comenzó a dar propuestas y soluciones a las situaciones que se iban planteando en la agenda. Actualmente están al deseo de realizar la reunión familiar.
Si os gustaría comenzar con las reuniones familiares o ya habéis comenzado, no esperéis un resultado inmediato, como con todo, se debe ser paciente y poco a poco iréis notando los resultados.

Beatriz. Familyon